Mientras la histeria colectiva se adueña de la gente con el follón de las antenas de Valladolid, aquí en Corvallis, en pleno campus, y en mi propio edificio (¡qué desfachatez!), algún atrevido ha osado poner carteles llamando a filas a todos los gnósticos que sin duda se escondían, melancólicos, por los rincones. El motivo: reunirse con alegría y buenas vibraciones y fundar una Sociedad Gnóstica según las enseñanzas de Silvia Brown. La criatura firma como optimysthic en su dirección de correo, y si eso no fuera bastante para poner los pelos de punta a Satanás, el hecho de que alguien pueda tomar en serio a Silvia Brown, y encima lo diga en público, y encima lo tenga que ver yo, señala sin duda la tercera trompeta y el final de los tiempos. O algo.

Ah, claro, es que vosotros no conocéis a Silvia Brown. Esa suerte que tenéis. A su lado, Aramís Fuster es un prodigio de educación, sutileza, buenas maneras, fino ingenio, gusto, e inteligencia. Esta, por así decir, dama, sabe de gnosticismo lo que yo de macroeconomía. En realidad, no sabe nada. Sus libros son un batiburrillo aburrido, inconexo, sosón y plagiado de un montón de tonterías de la Nueva Era y otro montón de sensiblerías ñoñas y sin gracia medio inventadas y medio copiadas de guiones de películas malas de sobremesa de las que pasan por Antena 3. Tiene el descaro de atribuirse milagrosos poderes psíquicos que le han permitido resolver complicadísimos casos de desapariciones y asesinatos. Lo cual es mentira. Dice que habla con los muertos, y debe hablar con los muertos más aburridos de la historia, porque todos dicen lo mismo y además mal. Es un pingajo de mujer que vive (muy bien por cierto) del cuento. Y como es lógico, tiene un montón de seguidores que la adoran y se pelean con cualquiera que diga la décima parte de las cosas que yo acabo de decir. Así que encontrarme con el cartelito en cuestión no ha sido el mejor momento del día, no. Pero bueno, siempre da para algún buen desahogo.

Y sí, ya lo sé: los comentarios han desaparecido. Tranquilos, están de obras para arreglar no sé qué cosa, y volverán a estar disponibles mañana como muy tarde.