Buf, a patadas. Pero como tengo la tarde tonta, aquí van algunas que me angustian vilmente las muy canallas y no me dejan dormir la película:
– Por qué cuando en la tele anuncian algún medicamento sólo te dicen «Pregunte a su doctor si Mambrinix es bueno para usted», y no te dicen si Mambrinix cura la gripe, el sarampión, la impotencia o los uñeros. De hecho, no te dicen nada de nada de lo que hace Mambrinix.
– Por qué me han vuelto a llamar para ser jurado si la primera vez ya les dije que no soy ciudadana estadounidense. Una pensaría que me borrarían de la lista de candidatos en aquel momento, pero al parecer les dio pena.
– Cómo es posible que nadie en su sano juicio considerara alguna vez que el peinado estilo Chekov fuera atractivo.
– Cómo porras funciona un delco.
– Qué porras es un delco.
– Por qué no se vende Silly Putty en España.
– Cómo hace Neil Gaiman para escribir tan bien.
– Por qué se extinguieron los Quetzalcoatlus, con lo monos que eran.
– Por qué, cuando no se me ocurre nada que decir en el blog, me pongo a escribir chorradas, y cuánto dinero me daréis para que me calle (también acepto sobornos culinarios y bibliográficos).
Te ofrezco 100 gs. de té verde con lima japonesa para que sigas escribiendo listas borgianas.
Por cierto, tú y yo tenemos algo en común (bueno, varias cosas, pero algo en particular). Pronto lo descubrirás.
:O
JJ, ¿menudo culebrón no? ;D
Te intimido ([*¡ugh!*]) y pido que traigas Silly Puttys de esos a Apaña. Necesito el que cambia de color con la temperatura, gracias.
Respecto al tema de los Quetzalcoatlus esos, creo que las fotos hablan por si mismas: su cabeza tiene claramente forma de pie y como es bien sabido, polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Teniendo en cuenta que las nubes de las fotos amenazan tormenta, el polvo se convierte en barro. Y sabido como es, que era un bicho bastante grande, se trataba, a ciencia cierta, de un gigante con pies de barro. Con lo cual su único destino posible era derrumbarse con el mayor de los estruendos en su época de máximo esplendor.
PS: El delco (distribuidor) sirve para decirle a la corriente eléctica a donde y cuando narices tiene que ir.
Eso del delco está muy bien, señor Sinaptic, pero donde haya una uña del meñique larga…
JJ… Me intrigas… No me tengas mucho en la inopia, que me salen canas…
El delco está debajo del capó, y si se humedece el coche no anda. Es una definición operativa, pero creo que no necesita mucho más. Bueno, quizá deshacerse de ese Toyota del 84 y cambiarlo por unas moleskines para enviar a sus amigos de acá, excepto a Ctugha, que lo tiene claro, y a JJ, que con todo lo que escribe no le cunden nada. Es una sugerencia.
Aquí tienes otra pregunta.
¿Por qué, si hace tanto tiempo que sabemos que la tierra es esférica y no plana, seguimos diciéndole planeta y no esfereta?
Ahora ya no hay delcos. El delco era una cosa que tenía el 600, y servía fundamentalmente para ser tapado por la tapa del delco. La tapa del delco era un objeto simbólico litúrgico que servía para mojarse, y entonces había que secar la tapa del delco. No sé si, como dice Vendell, si se humedece el delco el coche no anda. Para mí que confunde los términos debido a su juventud. Lo que se humedecía era la tapa del delco. Eso daba lugar a un conocido rito consistente en retirar dos gomas laterales, levantar la tapa del delco (que era una especie de taza curva invertida de color negro), echarle tres en uno, retirar los cables que se incrustaban en la tapa no se sabe muy bien para qué, volverlos a poner, colocar la tapa en su sitio, poner las gomas correctamente, e intentar encender el motor. A veces encendía.
Además del aspecto simbólico-ritual, la tapa del delco tenía también un sentido iniciático. Cuando el coche no arrancaba en un día húmedo, si alguien decía «esto debe ser de la tapa del delco», ya sabías que era un entendido en motores. Ser entendido en motores consistía en saber quitar y poner la tapa del delco. Y si alguien preguntaba, como tú haces ahora, «¿qué es el delco?», ya sabías que esa persona no tenía ni idea de motores. Los que sabían de motores diferenciaban muy bien entre las causas del fallo de arranque del coche. Cuando el día era húmedo, la causa era la tapa del delco, y se practicaba el rito de la tapa del delco. Cuando el día era seco, entonces se decía «debe ser cosa de los platinos». Ahí ya no sé lo que se hacía, porque aquí todos los días eran húmedos, de modo que yo sólo fui un fenómeno en motores de días húmedos. Una vez fui a León, que no era húmedo, pero el coche arrancó y no pude practicar lo de los platinos. Ahora es demasiado tarde. Sic transit gloria mundi.
Con una clarividencia que me deja pasmado, el Sr. Pater ha aclarado de un sólo golpe dos de los enigmas más inquietantes para los que nos iniciamos en esto del automovilismo. Sin embargo, uno no puede menos que echar en falta unas como poco breves palabras acerca de nuestra buena amiga la correa del ventilador; porque de todos es sabido que si el coche falla, pero no hay humedad y los platinos están fetén, la culpa la tiene siempre la correa del ventilador. Ignoro los motivos mecánicos que hacen que esta denostada pieza acabe convertida en un mero comodín de la que sólo nos acordamos cuando sus amigos la tapa del delco y los platinos deciden portarse bien. Pero ello no es óbice para que desde aquí le rindamos un merecido homenaje junto a otros personajes secundarios de la mecánica automovilística como los manguitos, el chiclé o el trapito ese tan sucio para limpiar la varilla del aceite. No estáis sólos amigos…
¿El chiclé? ¿Los motores van con chicle? Estoy empezando a asustarme… A aprender mucho, pero a asustarme…
Daurmith: Creo que este paseante se ha tomado alguna sustancia psicotropical 😉
Ah, y Sinaptic: escríbeme, que he trasbyteado tu mail
Y ya que estamos… Ctugha, cómo no. ¿De qué color quieres la Silly Putty termosensible esa?
Daurmith, sólo espero que NUNCA se le averíe la caldera, porque es muy probable que se las tuviera que ver con entelequias tan amenazadoras e inexpugnables como «los imanes», o el extremadamente turbador «piezoeléctrico».
En cuanto al peinado estilo ¿Chejov? efectivamente no es muy atractivo, pero le ahorra a uno el gasto en gomina, ya que la esencia del mismo radica en no lavarse el pelo nunca (a menos que sea con aceite) y luego peinárselo inclinando el peine lo más posible de manera que produzca el esperado efecto de aplastamiento sebáceo -es especialmente desagradable a la vista la combinación de este método con la raya al medio-.
rvr, ¿a que sustancia se refiere en concreto?
¿Al chicle?
Me han pillao.
X-DDDDDDDDD
El Delco es lo que hoy en día llamamos Distibuidor y este es el encargado de distribuirir la corriente de alta tensión,salida del hilo secundario de la bobina y probocado por la separación de de los platinos del ruptor, etc… En definitiva, dicha corriente va parar a las bujias y estas la chispa para la esplosión.
Hace mucho, mucho tiempo, comprando alguna cosa regalaban una especie de huevo rojo, con algo dentro, una especie de chicle rosa, que botaba. Y sólo hoy he conseguido saber cómo se llamaba el chicle, y conocer a su numerosa familia 🙂
Otra cosa: ¿soy daltodibujónico, o realmente han desaparecido todos los dibujos? No veo ningun en este mensaje. Aunque ahora que lo pienso, las petunias sí me salen 😕
Ajáaaa, así que existe la silliputi, ¡algunos se van a alegrar con la noticia!
Los dibujos desaparecieron cuando me mudé a Blogalia desde Blogger y los enlaces se trastocaron un poco bastante. He sido vaga y no me he puesto a cambiarlos.
Hoy en dia el Delco solo sirve para que te hagan el truco de «la trocola de la junta». LLevas el coche al taller porque no arrranca o se apaga derrepente sin expicación. Tras una semana sin noticias del taller llamas y te dicen que el coche va bien y que no le han encontrado nada pero que igual hay que cambiar el delco o sea «la trocola de la junta» termino utilizado para-que-dejes-de-preguntar-y-pagues-lo-que-que-se-te-diga.
porque esta– pagina es tan aburrida y tonta