Es realmente maravilloso. ¡Perfecto! ¡Qué buen trabajo! Está muy, muy bien.
¿Que el qué? ¡Todo! Fuera del laboratorio, todo es estupendo. ¿Que alguien va a clase de cerámica y vuelve a casa con un ladrillo vagamente cóncavo que cuando consigue estabilizarse sobre la mesa, la parte? ¡Es genial! ¿Que alguien, tras arduos minutos de esfuerzo en clase de música, acierta una nota de cada siete en un recital? ¡Qué maravilla!
El mundo está lleno de «éxitos aplazados» que no saben que lo son, y que nunca sabrán lo brillantes que podrían llegar a ser; la avalancha de alabanzas y superlativos los mantiene en una cómoda mediocridad, de la que salen sólo los auténticos genios, o aquellos que sospechan de la perfección suprema que es su trabajo a los ojos del mundo y buscan, en su interior, los fallos que tiene. Para corregirlos. Palabra tabú, también. Uno no corrige, enmienda, rehace o repasa. Sólo mejora. De lo óptimo a lo ¿qué? Nin se sabe. Todo aquí es tan bueno, que es inmejorable.
Un pequeño vicio disculpable si te pones a aprender macramé a los setenta, pero no tanto si estás aprendiendo matemáticas a los siete. O música. Me contaba hoy mi amiga Iovanna que una profesora amiga suya fue a un recital en una escuela. Aguantó lo que pudo, con sonrisa fija, mientras tiernos retoños exploraban la escala en busca de melodías elusivas y ritmos aún más elusivos. Su vecina de asiento se volvió hacia ella tras una pieza particularmente misteriosa ejecutada (nunca mejor dicho) por una niña con tres años de clases a cuestas. «¡Qué maravilla!» comentó con amplia sonrisa. La profesora la miró de hito en hito con expresión severa. «Lo siento, pero no», dijo. «Soy profesora de música, y ha sido horrible». Palabras que no podrían haber salido de labios estadounidenses, bien curtidos en torno a las sílabas de «good job» o «that was wonderful». Pero palabras sinceras. No sé cuál fue la reacción de la nativa. Espero que no muy violenta.
¿Exagero? Pues no crean que tanto. La que se nos viene encima, ay madre.
Tienes un blog muy bonito. sigue así, tú eres única. Y que bien escribes.
El refuerzo positivo es… positivo (qué bien me ha quedado).
Obviamente no todo debe limitarse a palmaditas en la espalda: el refuerzo positivo indiscriminado es tan dañino como el castigo y bla bla bla. Hay que orientar al mismo tiempo que se refuerza. Hay que quitar el refuerzo cuando algo se hace mal. Etc etc.
Lo cual no quita que el refuerzo positivo sea bueno, y que siga siendo muy infravalorado en los contextos educativos. En todos estos años de escuela + instituto + universidad creo que me habrán dado refuerzos positivos en muy contadas ocasiones.
Por lo que se refiere al ámbito de laboratorio, ¿por qué no debería utilizarse ahí también el RF? Eso depende del supervisor de turno, claro. Un buen equipo hay que saber motivarlo…
Por cierto, muy buen post (refuerzo positivo para que sigas escribiendo, conste) 😉
Algernon, no es que en el laboratorio no se utilice el refuerzo positivo. Es que en el laboratorio se utiliza [*bien*].
Se me había pasado lo de Verdoux. ¡Gracias, Verdoux! ¡Qué comentario tan majo, qué amable eres! Good job! De verdad que aprecio tu esfuerzo.
Punto y coma, guión, cierra paréntesis.
Es que en el laboratorio se utiliza bien.
Oh, hay laboratorio y laboratorio 🙂
Eso sí. Ahí no lo discuto. Haylos.
Daurmith, deberías pasar una temporada por estos lares… Autoestima a base de criticar abiertamente al prójimo. Y la tasa de consumo de antidepresivos por las nubes. Eso sí, si les preguntas, todos son felices y super-realizados. Bullshit.
Supongo que, como siempre, la virtud estará en algún lugar a medio camino…
Lo del refuerzo positivo hay que saber administrarlo y «ejecutarlo» correctamente.
Mi jefe, consciente o inconscientemente, me ejecuta unos que mas que reforzarme me da la impresion de que soy tonto, y que lo proximo que me va a dar es un azucarillo.
Por cierto: «Punto y coma, guión, cierra paréntesis» ¿cuando abres el parentesis? 😛
Cuánta certeza, esto es lo de «dar la razón como a los tontos» pero llevado un poco más allá. Hay también gente de otros ámbitos y entornos que considera que el RF gratuito no tiene sentido: http://workingsmarter.typepad.com/my_weblog/2005/08/instant_rewards.html .
Hola Daurmith:
Gracias por ofrecerte a mandarme el articulo. Aprovecho para comentar brevemente sobre el tema. Pues a mi me da la sensacion de que en la ciencia se da mucha (para mi demasiada) canya y se admite el buen trabajo de los demas poco y a reganyadientes. De hecho me toco ir a una conferencia con un monton de medicos y me equivoque de sala y termine viendo una charla sobre tumores de retina. Vamos, algo que no le apetece a uno ver mucho despues de comer. Llego el momento de las preguntas y se levanto uno a dar la enhorabuena al grupo que habia desarrollado una tecnica de extirpacion parece ser que muy buena mientras en el publico habia medicos varios que meneaban la cabeza de manera afirmativa…. y yo me pregunte… cual sera el dia que uno de mis colegas se levante y tenga la suficiente falta de ego como para hacer una cosa asi?, sobretodo a los jovencitos que no tienen muchas tablas y siempre les viene bien un poco de reconocimiento a trabajo bien hecho. Hay mucha critica en ciencia y creo que por ello hemos perdido a mentes muy buenas, que no todo el mundo tiene vena masoca.
De nada, Ana, que lo disfrutes con salud, y tal. No te falta razón en lo que dices, lo admito, y probablemente parte de mi sorpresa ante el exceso de piropos (insisto, fuera del lab) de este país se deba a la falta absoluta de una palabra de aliento en prácticamente todos los ámbitos académicos y laborales de España. Sé que la ciencia es mal terreno de cultivo para la moda «Feel-good» del momento, porque el ego suele tener que ir por detrás de los datos, pero sé también que a más status del investigador en cuestión, más ego y menos crítica. Lo cual no favorece a mentes más jóvenes e inseguras. ¿Hasta qué punto eso es grave o pernicioso? No lo sé. El tristísimo estado de la ciencia en España no se debe precisamente, me parece, a falta de refuerzo positivo. Hay muchos otros factores infinitamente más influyentes. Ojalá nuestro problema fuera ese, ay.
¡Vaya con el refuerzo positivo! En mi opinión, «todos» lo buscamos en nuestras actuaciones y sólo nos sirve el de quien creemos que es el que nos lo ha de dar. Lo que critica la autora en su entrada creo que es justo que sea denunciado. Lo que hacen los que siguen esa conducta no es refuerzo positivo; es «pasteleo políticamente correcto».
Creo que la actitud adecuada ha de ser la de hacer saber al que ha hecho las cosas bien que las ha hecho bien y al que ha hecho las cosas mal … el camino para hacerlas bien. Así, nadie se llama a engaños patafísicos.
este articulo me lo pela
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