En el principio fue el agua.
Luego llegó la cerveza, el vino, el whisky…
Más tarde alguién destiló unos jarabitos dulzones…
Luego algún listo les añadió coca…
Luego algún aguililla puso burbujitas y nació la Coca-Cola, que se convirtió al poco en algo así como la sangre que corre por las venas de medio mundo (sin la coca ya). Éxito, éxito. Décadas enteras marcando el paso, marcando estilo, creando escuela. Todo cristo y su prima bebiendo cocacola a todo pasto. ¿No hay qué comer? No pasa nada mientras haya cocacola. Más que una marca, ¡un estilo de vida! (otro día hablaré de esto).
Finalmente, despacito, la moda del todo sano, orgániconaturalsinconservantesmaravilloso alcanza el mercado de bebidas y las ventas descienden en favor de bebidas de exóticos zumos de fruta combinados. Fruitopía, V-8, tés aromatizados, la repera limonera (orgánica). Todo el mundo en las pelis, de golpe y porrazo, sale bebiendo zumitos y té en lugar de atizarse un tequila. De las series de la tele, mejor no hablemos…
¿Se va viendo la tendencia? Todo cada vez más natural y sanote. ¿Y qué es lo último? Adivinen.
¿No? Vale, lo cuento: tómese agua del grifo. Sí, del grifo. Fíltrese para quitarle todo el cloro maloso y los minerales inorgánicos repelentes. Ahora, añádanse minerales bondadosos, equilibrados, y naturales, que dan un sabor puro y prístino al liquidillo. Reembotéllese el nuevaerense resultado con un nombre pegadizo (Dasani) y véndase a dólar la botella. Éxito rotundo.
¿Y lo último de lo último? Agua de Gatorade. Con sabor a limón y vitaminas. Antes echaban agua al zumo de frutas. Ahora echan zumo de fruta al agua, y a correr por el campo. No veas lo que deben estar ahorrando.
De verdad, es que hay días queeee…
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