¿Un extraterrestre? Pues casi, casi Sigo dándole vueltas a lo del genoma del ratón, aunque queda poco que decir tras [{la excelente entrada de Ciencia15 http://ciencia15.blogalia.com/?/historias/4077}] sobre el asunto, pero es que lo del llamado «ADN basura» me gusta y quiero pensar un poquito más sobre ello. Pero se ha interpuesto en mi camino una visita al [{Acuario de Newport http://www.aquarium.org/}], y como siempre me pasa en estos casos, ahora tengo la cabeza en las nubes. O, en este caso, en las aguas. Cada vez que veo alguno de los bichos que se ven en el fondo del mar, y no tan en el fondo, seres que llevan la distinción entre animales y vegetales directamente al cubo de la basura a no ser que tengas a mano un microscopio, desespero de escribir ficción. Nada en la imaginación nos prepara para las medusas, los caballitos de mar, la elegancia angelical de las rayas, la extraña distorsión de los lenguados, los colores alucinógenos de los peces de arrecife, ni la cara seria y entrañable de un pececito no más grande que mi dedo índice, que excavaba una madriguera a base de transportar gravilla en la boca y escupirla enérgicamente con lo que parecía una expresión de alivio terminal, mientras su pareja hacía el vago a pocos centímetros.