Leñe (y ustedes disculpen). Acabo de encontrar mi primera Moleskine, perdida en una caja entre libros en blanco, tomos de Bone, libretas viejas, y un tomazo infumable de Thomas Pynchon. Creo que tocan algunas entradas de fantasías animadas de ayer y hoy. En cuanto vuelva a tener ordenador me pongo a ello. Son anotaciones viejas, pero algunas hasta recuperables.
¡Esperamos impacientes! Oye, ¿y no te produce una extraña sensación leer cosas que escribiste hace tiempo? A mí, por lo menos, me pasa.
P.D. Hmmm, Bone, me han entrado unas ganas locas de leer el siguiente tomo, a ver cuándo sale.
Es un poco raro, sí. Sobre todo porque me parece a la vez que estoy viviendo de nuevo ese momento, y porque es como verlo en una máquina del tiempo, y porque a veces no recuerdo quién escribió eso… resulta raro pensar que fui yo.
Y yo sé cómo termina Booo-ne, ñañaña. Ji.
Qué cruel eres conmigo 😛