[La Biblioteca de Babel publicará, en estricto orden de llegada, aquellos comentarios enviados por no poder escribir a Blogalia. De nada. La cajita de la izquierda, sí, esa, gracias. Mejor billetes.]

Son los cielos que Miguel Esquirol no pudo poner en su bitácora. Estos: «[…] Un día de cielos vainilla (con un poco más de tonos rojos) café con caramelo y charlas sobre el mar. La verdad uno de esos días cursis que todos quisieramos tener más.»

Pues sí, la verdad: nunca sobran.