No voy a contaros -porque ya lo hice- lo de los arcoiris en Corvallis. Así que os quedáis sin saber del doble arcoiris de hoy. Y tampoco os pienso contar que la cosa no es que fuera doble, sino que el arcoiris «primario» ha sido alucinante, increíble, maravilloso. El más nítido que he visto en mi vida, con colores tan prietos y sólidos que casi se podía ver la textura del pincel, subiendo desde la base inalcanzable en un arco perfecto de los que salen en los cuentos y en las ilustraciones cursis, pero este con más estilo y mejores colores.

Pero bueno, como esto ya lo sabíais, pues no os lo cuento.