Un alumno de la OSU, que conozco de vista y por haber intercambiado un par de frases sobre un libro de Robert Kaplan en la librería del campus, es hoy primera plana en el periódico de la Oregon State University. Este chico es de Egipto, se llama Osama Hussein Mohamed (pero ha enseñado a su hija a llamarle «Sam» en publico), y, como varón mayor de 16 años y natural de uno de los 25 países que hoy por hoy están en ciertas listas, la INS le exige que se presente en sus oficinas para que se registre. Esto implicará tomarle los datos, una foto, y las huellas dactilares, todo lo cual quedará archivado en su base de datos.
Hace dos años esto hubiera sido inconstitucional. Pero desde la aprobación del Acta PATRIOT, [{la del bello acrónimo http://daurmith.blogalia.com/historias/3709}], ya no lo es.
Mohamed se encoge de hombros y se lo toma con calma, pero con cierta tristeza mezclada con miedo. Como yo.