Lo que sería bonito es que estas desapariciones mías estilo Guadiana, o quizá más bien estilo remisión de sarpullido, tuvieran alguna causa interesante. No sé. Salvar el mundo, o algo. Atravesar peligros incontables, o contables pero gordos. O enfrentarme a contables gordos. O contar contables. Algo así. Quizá incluso cosas más mundanas, como irme a comprar lechugas. ¿Verdad que sería bonito, eh?
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