Ya no es lo que era.
Fui al Pangea el otro día a comerme un sandwich de atún. Me encantaban los sandwiches de atún del Pangea. Eran sandwiches seguros de sí mismos, casi arquitectónicos, con sabrosa mollita dentro, confinada por lechuga en tiritas, queso, y un pan con personalidad y empaque. Eran sandwiches de primera división; sandwiches, podríamos decir, galácticos.
De modo que el otro día fui a despedirme del Pangea con un sandwich de atún.
Me lo trajo un amabilísimo camarero, con un ferviente deseo articulado como «Enjoy your food». Y yo hice todo lo posible. Pero no, ya no es lo que era.
El pan era el de siempre; pero alguien se había dejado la bolsa abierta demasiado tiempo. Las rebanadas se habían secado, y se desmigajaban en mis manos como borrilla, poniendo toda la estructura en peligro. El primer bocado me demostró que han cambiado la receta; enormes cantidades de eneldo hacen todo lo que pueden para disimular el sabor del atún, que en lugar de estar amorosamente trituradito y mezclado con el resto de los ingredientes, se apelotona en enormes grumos resecos y sosos. La lechuga ha pasado de ser un montoncillo de tiritas verde mentolado a ser un una hoja gruesa y arremolinada de color verde oscuro, hostil y correosa, que se sale por todas partes como si quisiera fugarse con el queso -neutro y blandito- a vivir una vida de crimen y violencia. Parece la Cosa de Carpenter. La mahonesa mezclada con apio y cebollita que formaba el resto de la rica pasta ahora sabe acuosa y levemente metálica, contaminada de eneldo y de serrín de lechuga. A cada bocado el pan se parte como una lasca de pizarra y desparrama pasta de atún sobre las incomestibles tortillitas de maíz que, juasjuas, forman la llamada «guarnición» del plato.
Es un desastre. Me lo como porque persiste un eco del delicado pero nutritivo sandwich de atún de mis recuerdos, pero me lo como a guisa de funeral. Es un velatorio. Es una sesión de espiritismo culinario, invocando el fantasma del otro sandwich de atún que, ay, ya no está con nosotros. Como todas las sesiones de espiritismo, es una mentira. Y encima, cara.
Ultimamente me he aficionado a ver el programa de cocina «Vamos a cocinar», con el cocinero José Andrés (de lunes a viernes a eso de las 19:00 en TVE, no os lo perdais).
Pues bien, el otro dia, dicho cocinero decidió que iba a cocinar un plato nutritivo y equilibrado para deportistas de todas las edades… se fue a consultar a una nutricionista, y estuvieron hablando de proporciones de hidratos de carbono, proteinas, grasas y todas esas cositas que quedan tan bien ante las cámaras.
Pues bien, el tio cachondo encontró el plato ideal que cumplia todas las propiedades. Adivina.
¡Un sandwich de atún!
yo los mezclo con tomate y queso fundido en el horno…
dios santo que manjar…
¿y en que consistia exactamente la versión de Jose Andrés?
«Es una sesión de espiritismo culinario, invocando el fantasma del otro sandwich de atún que, ay, ya no está con nosotros.»
Una imagen genial.
Yo suelo aderezar el atún con algo de vinagre aromático o de mosto.
El atún con vinagre balsámico es lo mejor
Si el atún será como sea, pero este post es una auténtica tragedia…
Quiero decir, que el atún no es lo importante… el problema es la peste del sandwich, el venirse a menos de lo que fue.
Tan cercano a «la Idea» de sandwich (en el sentido más platónico de la palabra) y que ahora se queda en un triste reflejo.
Y esas cosas son una tragedia.
Aquí hacían las mejores hamburguesas del universo. Pretérito también. El primer día que me dieron el cambiazo me sentí absolutamente ultrajado. Te comprendo xDDD
Yummmmm atún.
A mí me gusta el atún con plátano.
Está delicioso.
Independientemente de que el sandwich estuviera malo, a mí ya me gustaria ir a tomarme algo a «Pangea»!!!!! Me iba a enterar de todo!!!
Intrigada que estoy: ¿cuánto es «caro»?
Anónimo, gracias. Snif. Sentirse comprendida ayuda.
Darla, ¿atún con… plátano? ¿Eso no fue prohibido por la convención de Ginebra? Desde luego, convencional no es…
Cavebear, «caro» es $4,35. Antes, costaba $3,95. Y era mejor. Y más bonito. Y más de todo. ¡Es una tragedia con todas las de la ley, como dice anónimo!
Esto, ¿de qué te ibas a enterar en Pangea? Osos cavernarios no he visto ni uno. Algún camarero, quizá.
Vaya, no sale el signo de dólar. Quería decir:
Cavebear, «caro» es USD 4,35. Antes, costaba USD 3,95.
Atún con plátano… ¡pardiez!
Eso suena a mis oídos tan nocivo y blasfemo como la pizza con piña (YEWCH!)
MMMMM, pues en mi ciudad no hay sitios donde comer sandwiches exquisitos, pero el otro día casi por casualidad encontré un bar de barrio, situado bastante cerca de lo q podría considerarse la parte más lejana de la ciudad, en que ofertan unas hamburguesas del jugoso e incleible tamaño de unos 40cm de diametro y unos 10 cm de altura, con cebollita pochada, lechuga fresca y crujiente, un filete que llena toda la base de la hamburguesa( no se que molde usarán :S ) tomate, huevo frito(aquí ya hay más de uno 😀 )y demás exquisiteces que debe llevar una buena hmburguesa.
Creo que esa fue la mejor hamburguesa que he probado, vuelvo a creer en aquel plato nacido en Hamburgo, y aunque esa vez tuve q compartirla con 3 amigos más, algún día me comeré yo sólo una entera, algún día ….
PS: el precio es de 14E, q al compartir entre 4 resulta casi como una ganga 😀
¡Es una tragedia con todas las de la ley, como dice anónimo!
Sorry, fuí yo 😉
¡Malditos no respetan ni las mas elementales reglas de cortesía!
A mi me gusta el atún solamente con cebolla fresca… ¡uhm!
¿Pero nadie tiene nada contra el atún y el plátano, verdad?
A mí me ocurrió parecido una vez, una hamburguesería digamos «al estilo casero» que me gustaba cerró y me quedé «huérfana» de hamburguesas. En su lugar, después de un par de años abrieron un döner kebab. Están ricos, pero claro, no es lo mismo…
El bocadillo de atun mas grande que existe se llamaba «Moby-Dick» y lo servian, como alternativa, en un pringoso «rest-aurant», en un cuchitril donde las estrellas y tenedores del establecimiento estaban en la pared con tiza, dandole un aire «cueva del sacromonte», «Nothern Exposure» y David Lynch, pasando por una cocina de la epoca de Atapuerca. El atun tenia una calidad insoportable, no volverias a de-gustarlo una vez mas si lo probaste una primera, por conservar las papilas o pupilas gustativas y una calidez cercana, civilizada, a base de plastificado industrial.
Lastima suele suceder!!
gfgfdgfdgdfgk camote
k zacualpan tambien es pueblo un saludo a los de mi tarrancho de mita y alos puerqueros con amor saira y maleni……
En estos años he asistido a múltiples funerales de comidas que me gustaban, nunca dije nada porque pensé que era la única que notaba como poco a poco mataban estas delicias, primero las desnutrían y luego las suplantaban por otros sabores, no sabes Daurmith como te comprendo… SNIF