Al menos una de las dos estatuas del salón de actos de la sede del Departamento de Justicia de los USA ofende estéticamente a John Ashcroft, así que ha ordenado tapar ambas, como se puede leer en esta noticia. La carcajada que he soltado al leerla yo se ha escuchado desde el edificio de al lado. Luego me he acordado de que esta criatura es fiscal general del Estado, y se me ha pasado un poco el ataque de risa. Aunque de vez en cuando aún se me escapan risitas malévolas al pensar en la tortura psicológica del pobre hombre, condenado a ver ofendido su gusto estético cada vez que entraba al salón. Menos mal que ahora le ha dado por actuar y tapar las ofensivas estatuas con un trapito de 8000 dólares de nada (alquiladas, las cortinas son alquiladas). Así ya estará tranquilo el pobrecillo. Es que salían en los planos de la tele, y estaba harto de estar en el mismo plano que el pecho de la estatua.

Irónicamente, las estatua femenina representa el Espíritu de la Justicia, y la masculina, la Majestad de la Ley.