¡Hay que ver! Tras unos días de esos en que no puedes pararte a mirar las puestas de sol ni nada, por fin emerjo de nuevo a la superficie del mundo real cual mito griego, de esos que emergen de todas partes… Del mar, de la tierra, de la cabeza de Zeus (vaya sitio raro, dicho sea de paso)… He estado echando un vistazo a mi alrededor para ver qué cosas me he perdido últimamente.

Por ejemplo, he visto que se ha resuelto el Misterio del Campanario Repentino. Ha sido un regalo de la familia de un antiguo alumno apellidado, él sabrá por qué, Papé. Debe irles bien, porque la familia Papé ha donado venga cosas a la Universidad. La última, este campanario. No se puede decir que haya sido un éxito de público y crítica, sin embargo. Para empezar, la gente se pregunta si realmente el campus necesitaba un campanario. Para seguir, el campanario en cuestión, que es, a grandes rasgos, una torre de ladrillo con cuatro campanas y un reloj, ha costado más de medio millón de dólares, que se dice pronto. Y para seguir siguiendo, el reloj y las campanitas entran en acción cada cuarto de hora, lo cual fastidia lo indecible a los alumnos de los edificios cercanos, que son los de Farmacia y la Biblioteca. Vaya, que la familia Papé no parece haber estado muy acertada con esta donación en concreto.

Y yo, mientras, en Babia (provincia de León)… Ntchs…