Tengo un cacharrito nuevo: un iPad. Llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de hacerme con un bicho de estos, porque entre todo lo que viajo y mis aficiones digitales, o bien acarreo dos ordenadores a todas partes (el del trabajo, que está más capado que un manso, y mi Macbook), con el consiguiente deslome, o bien me busco algún invento de la tecnología actual.
El resultado ha sido este: un iPad de 16 gigas sin 3G (estoy cabreada con las operadoras telefónicas, y además, ya les dejo bastante pasta), con el que estoy escribiendo esta entrada ahora mismo. Es un cacharro que obliga a otra manera de hacer las cosas, donde se asume que vives en un lugar civilizado, es decir, con facilidades para estar conectado a Internet, pero vaya, no se puede tener todo. Algún día. Y es caro. O más bien, como me dijo una vez un amigo, «no es caro, Daurmith. Simplemente vale mucho dinero». Que no es lo mismo.
Pero es un cacharro, como casi todo lo de Apple, espectacularmente bien diseñado. Te lleva un poco de la manita e intenta quitarte vicios como el de acumular cosas en el disco duro («Noooo», te dice, paternal, «no te hace falta, tienes Dropbox y Zumocast y miles de aplicaciones online, no tengo puerto USB por algo, no te hace falta, fíate de mí»). Me cuesta un poquito acostumbrarme a que me lleven de la manita de ese modo, son muchos años actuando de una manera, pero reconozco que las ideas que me ofrece el iPad funcionan. He empezado a usar por fin mi cuenta de Dropbox, y estoy explorando el curioso y variadito mundo de las apps, que son cada vez más cotillas, ¿a ti qué te importa dónde voy a comer o a comprar, vamos a ver?
Pero la calidad gráfica y la facilidad de manejo son asombrosas, la batería está durando lo que me dijeron que duraría, y empiezo a aprender a utilizar el teclado en pantalla, que para prisas (o para entradas como esta) no está nada mal. Y es realmente cómodo de llevar por ahí, que es lo que yo quiero, poder entretejerme en la red de redes cuando el wifi (¡más wifi! ¡Queremos más redes wifi!) lo permita y entrar de lleno en eso tan chulo que es la web 2.0, que dicen que tiene posibilidades. De hecho yo acabo de escribir esto en un local (sin wifi), tomando un café, y de haber tenido wifi hubiera salido un post mucho más chulo, con foursquares y cosas, y hasta foto.
Ah, y puedes jugar a Monkey Island. Lo cual basta, en mi libro, para recomendar el iPad a quien lo quiera.
¿Se puede jugar a The Witcher? Porque eso SI que molaría…
Para mi es casi la mejor compra que he hecho en mucho tiempo. Por cierto, para leer artículos y libros técnicos en PDF te recomiendo GoodReader.
Tengo GoodReader. Bueno para PDFs, pero no encuentro dónde poner marcadores (para PDFs de cientos de páginas lo de los marcadores mola). Y GoodReader tampoco lee fb2, ni mobi. Pero para lo demás, chachi del todo.
La verdad es que es un buen cacharro.
Moria, no sé si se puede jugar a The Witcher, aunque lo veo difícil (y Monkey Island mola más). Ahora bien, cuando veas la demo de Epic Citadel vas a flipar.
Pues yo me estoy resistiendo horrores a comprarme un aparatejo de esos. Quiero algo portátil para leer, tanto libros como pdfs con esquemas (papers, vamos), y que me permita realizar anotaciones. Pero lo quiero con tecnología de tinta electrónica (un ebook, vamos), porque creo que después de salir del labo, con las pestañas fundidas de leer en pantalla, lo suyo es, si hay que seguir leyendo, no machacar la vista.
Diferentes necesidades, diferentes soluciones, supongo.
PD: Tú eres cola, yo pegamento.
Yo tengo un lector de tinta electrónica totalmente básico (Papyre 6.1, experiencias cotilleables en este blog) y es genial para leer. Pero no puedes anotar. Ni ver dibujitos con comodidad. Ni colorines, que para según qué cosas hacen falta. Por lo demás es absolutamente perfecto y la solución si sólo quieres leer. De modo que, si sólo quieres un cacharrín para leer, no te compres un iPad. Cómprate uno de los lectores chulos que han salido ahora, con colores y anotables y mercables.
Si quieres hacer más cositas, entonces ya es para planteárselo. Pero si no, no.
P.S.: Luchas como una vaca.
Lo quiero para leer, pero no sólo libros, sino también artículos en pdf, eso es clave, y hacer anotaciones en ellos. La resolución del aparatejo tiene que ser suficiente para que se vea las bandas al oeste, al sur y al norte (en western, northern y southern; vamos, que se puedan ver los experimentos). Y además, necesito que se puedan escribir notas, que uno es muy suyo y quiere poner incrédulos signos de exclamación al lado de la figura clave, alabatorios signos de admiración junto al razonamiento brillante o subrayar esa expresión bizarra y chulísima en inglés para meterla como sea en un artículo propio.
Mi idea, porque no he mirado en profundidad modelos, es que los e-books de más alta gama, con pantallas más grandes que el papyre, experiencias en efecto cotilleadas en este su blog) tienen lapicerillos electrónicos para escribir a mano. Pero no si si pueden aguantar grandes parrafadas o o tendrán la resolución suficiente (que sea en blanco y negro me vale).
P.I.: Todos mi enemigos fueron aniquilados…
P.S.: ¿La saga de Gerald de Rivia es tan recomendable como dicen por ahí, bibliotecaria?
En goodreader puedes poner marcadores. Le das al icono del libro (desde el que accedes al índice) y tienes un botón \»Add Bookmark\». Lo que no puedes es anotar 🙁
Empezando por el final, mefistofélico leguleyo, sí, lo es. Se me embarulla un poco el hombre a partir del cuarto libro pero los primeros enganchan de manera apabullante y para cuando piensas \»vaya, ya se ha embarullado el hombre\» es tarde y quieres más.
Aparte, he visto ebooks como los que describe y molan muchísimo, aunque si su precio ronda los 400¤ yo ya no sé si merecerán la pena, pero entiendo que uno tiene una idea en la cabeza y cuando uno tiene una idea en la cabeza, ni todas las bibliotecas del mundo la sacan…
Babui: voy ahora mismito a probar el truqui ese, ¡gracias!
Para la versión 3.0 de GoodReeder anuncian la posibilidad de anotar y destacar.
¿Al Monkey Island dices? ¡Cuánta nostalgia!!! Me temo que si yo tuviera un iPad, mis lecturas se verían interrumpidas por mucho, mucho tiempo… 🙂
Se echa de menos la entrada Jalogüinesca-Corvalliniana de esta, nuestra bibliotecaria…
🙂
Hola, soy yo, la que consiguió que su pareja le regalara la Papyre en base a tus entusuiastas comentarios!!
Porfa, sabemos que el iPad es una droga y no lo sueltas ni un momento, pero te echamos de menos…
ACTUALIZA YA 🙂
¡Es que me he metido en muchos líos! Ahora mismo estoy con el NaNoWriMo y estoy sufriendo como buena artihta. Pero tenéis TODA la razón; no puede ser que pase un octubre así de ocupao como el que he tenido, y estemos en la recta final de noviembre y no haya dicho yo nada. Tenéis más razón que nadie, y pido humildemente perdón. Me pongo a ello como que ya.
Eso ¡ya mismo! 🙂
¡Qué hasta estoy escribiendo más post yo que tú! No-puede-ser-esto 😀