En la vida de todo ser humano, llega un momento de hartazgo supremo.
Un momento en que todo lo que se siente es tedio, donde todo lo que se ve es inane. Nada merece la pena, nada vive a la altura de las expectativas; ni siquiera las expectativas viven a la altura de las expectativas. Todo es superficial, hueco y sin sentido. No hay razón alguna para empezar nada, ni para seguir con algo ya empezado. Los cambios sólo traen más y más desidia, y no es posible siquiera reunir la energía suficiente para que la rabia nos saque del marasmo gris y pegajoso en que hemos caído. La indiferencia se adueña de nosotros y repetimos mecánicamente los mismos gestos esperando encontrar en ellos alguna sorpresa agradable que nunca llega. Una niebla insonorizada nos rodea y no atendemos a las cosas que en otro momento hubieran aliviado el círculo de hierro que nos aprieta las sienes. Todo sonido es estridente; todo color, hiriente y mal combinado. Toda palabra que se escucha es estúpida o insultante o busca alimentarse de nuestros peores instintos.
Cuando se llega a este punto, sólo hay un remedio, una salida, un rayito de esperanza, en el que sin embargo no creemos. Un rito que hay que llevar a cabo, aun sin estar seguros de que nos traerá alivio.
Hay que dejar de hacer [/zapping/] y apagar el televisor.
Mano de santo, oiga.
(60 canales y nada que ver en ninguno, ¿hay quien dé más?)
Si no ves la tele pierdes temas de conversación con los demás. Lo he experimentado este fin de semana. Es como el que no fuma y por ello nunca puede acercarse a otra persona a ofrecerle un pitillo como excusa para ligar.
Moraleja: Los que no vemos la tele ni fumamos, conservamos los pulmones y la mente sana, pero nos quedamos aislados
Sólo le falta añadir a su entrada, querida Daurmith, el texto de «La Desesperación». Debe usted estar con un inmenso cabreo encima para pintar una perspectiva así. Lo mejor en casos como el suyo es darse un homenaje. Sugiero: restaurante francés, y chic a ser posible, y comida regada con vino de Champagne (la cuenta me la pasa y la satisfaré con sumo gusto).
Luego se ven las cosas con una perspectiva distinta…créalo.
Sigue el consejo de Groucho, meine freundin, abre un libro. (Otro más, se entiende).
Eledhwen, es q
Porras. Eledhwen, es que para una vez que quería descansar de los libros y que no tenía ninguna peli que me apeteciera ver, pues me encuentro con el desierto televisivo. Ayns.
Rigel: no estoy [*tan*] cabreada; era más bien un ejercicio de estilo. A ver si podía escribir algo a lo Kafka sin los motivos de Kafka, o algo…
… Pero al restaurante me apunto, me apunto.
¡Se le ha roto, se le ha roto! Es que cuando se tiene un mal día…, se tiene un mal día.
[LOST]
Es evidente que el subconsciente me ha hecho ocultar que el remitente del compromiso de pago de la nota era yo. Luego, tras un examen de conciencia, he decidido dar la cara. El autor del anterior mensaje es el mismo que el de éste.
Rigel, yo también estoy cabreado con la televisión, con la lavadora y con la alcachofa de la ducha, que se ha quedado atascada en el modo hipoaullido huracanado perforador de cervicales. ¿Qué puedo hacer? ¿Vale un japonés?
No seor Vendell, para usted tengo prevista una paella o un arroz caldoso en Ca Sento. ¿Le parece bien? A ver si se le quita el mal humor de los últimos tiempos…;-)
Pues me parece muy bien. Magnífico. Pero que conste que no es mal humor, es sólo que estoy concienciao.
Hay dos expresiones que me chocan siempre que las escucho:
«Concienciación» y «Puesta en común». Me recuerdan mis tiempos de INCONSCIENTE colaboración con JOC y HOAC allá por los años de… antes de que ustedes nacieran.
Me alegro de que le parezca bien mi propuesta porque en Ca Sento se come uno de los mejores arroces marineros que se hacen en el Mediterráneo. Ya lo comprobará.
Esto…siento entrometerme, pero me gustaría dar las enhorabuenas a la autora de este post. Muy interesante. Yo, sin embargo, no puedo sino agradecerle a la tele todo lo que ha hecho por mi. Gracias a ella he descubierto la lectura, la música…la cultura, vamos. Un saludo!!
Ah, la televisión! Si no existiera, no podríamos experimentar el incomparable placer de… ¡apagarla!
Aquellos tiempos en que sólo había cuatro canales y tampoco había nada para ver….
Mil besos para mi querida y admirada Daurmith, por si no es solo un ejercicio de estilo, cuando consiga verte de nuevo te los daré en persona (que cierto familiar que lee estos comentarios no me tenga en cuenta este atrevimiento).
Y cuando te pase eso… a chatear!!! (al menos yo lo hago a veces y según quien esté me suele funcionar). Reconozco que a veces puedes tener un problema horario…