Anda, si yo tenía un blog, qué ilu… *Buscando desesperadamente en el fichero de tarjetas con excusas de la semana por no escribir*… Es que se me quedó el blog escondido bajo los almohadones del sofá, y… Ejem… ¿Cuela?
La verdad es que estaba así como sin inspiración alguna. Más de lo mismo, ya sabéis: pájaros, sol, el césped como un osito de peluche verde, los árboles cuajados de racimos de flores rosas, cielo azul surcado de nubes de Tintoretto, un chaparrón repentino ennegreciendo la tierra… Pa qué os voy a contar, si es que es todo el rato la misma monotonía…
El otro día, por hacer algo, salí a comer y me encontré con Larry, del laboratorio de al lado. Larry es alto, delgado, curtido, con sonrisa de cimitarra, y desaliñado, en un estilo atractivo de aventurero. Compartimos una pasión fiera por los libros en general y los libros de Patrick O’Brian en particular, y no compartimos su gusto por las camisas de franela a cuadros ni el mío por los tebeos. Últimamente también compartimos el cabreo generalizado hacia el Imperator, digo, el presi de los USA, George W Bush (a) «Dubya».
Lo curioso es que Larry está más cabreado aún que yo, pero muuucho más. Lívido de rabia me enumeraba todos los asaltos a las libertades individuales de los que el acta USA PATRIOT y su hija, la PATRIOT II, son responsables. Espumarajos echaba Larry mientras me contaba lo que yo ya sabía: invasión de intimidad, detención indefinida sin saber los cargos, exigencia de registrarse si vienes de según qué país… Yo, que soy de talante más tranquilo, asentía con tristeza mientras Larry acumulaba dato sobre escalofriante dato, casi herniándose en su esfuerzo por no gritar.
Entonces le hice notar que estábamos hablando en susurros, como dos conspiradores de película de espías de serie B. Que en el país que presume de su libertad de expresión, para meternos con el gobierno estábamos hablando en susurros. Larry se calló de golpe, y bajo su bronceado inocente de amante de la naturaleza más que de los rayos UVA, palideció. No se había dado cuenta. Y eso es lo grave.
De común -y tácito- acuerdo, nos pusimos a hablar del tiempo y de Patrick O’Brian, en tono de voz normal, y luego, abruptamente, nos despedimos y nos fuimos cada uno por nuestro lado, pero compartiendo cierto sonrojo y cierta camaradería de disidentes.
P.S. ¡Mira, Rigel, mira! ¡Sólo un diminutivo!
¡Plagiaria! Eso es un plagio descarado de [/1984/], cuando el prota conoce a la chica pero en versión inversa. Encima poco original… has cambiado los funcionarios por becarios…
¡Nosverdad! ¡Pasó de verdad de la buena! ¡Larry existe y hace PCRs! Además, ya sabéis que siempre se exagera un poco, en realidad el Gran Hermano no nos vig
¡Se ha cortado la transmisión! ¡Daurmith, Daurmith! :O
Ese ha sido Larry… ahora mismo Daurmith debe de estar camino de Guantánamo.
Daurmith, contesta si puedes, por favor!!!
Ctugha, decía mi profesor de creación literaria que lo peor de las imágenes, es precisamente, eso, que uno se las imagina!!!
ufff…guantánamo…
¡Oh dios mío!, ¡han secuestrado a Morwen!
Daurmith está bien, no se preocupen. Ha sido ingresada en un centro de reeducación y pronto estará de nuevo con Vds para seguir contándole lo maravillosos que son en este país los pájaros, el sol, el césped como un osito de peluche verde, los árboles cuajados de racimos de flores rosas, el cielo azul surcado de nubes de Tintoretto, un chaparrón repentino ennegreciendo la tierra…
¿Larry? ¿Un Larry que hace PCRs? Por aquí no hay nadie que responda por esas señas…
Una cosa, ¿tácito no cuenta como diminutivo?
¿tacitito?
¡No pasa nada, no se alarmen! Fue un pequeño problema informático sin mayores consecuencias. No me he ido. Me duele un poco la cabeza, pero por lo demás estoy bien, en breve seguiremos con la programación habitual.
¿Y como sabemos que eres la Morwen genuina? No has puesto ni un solo diminutivo en ese comentario…
¿He leído «Morwen»? Ahora empiezo a atar cabos… Bonito amanecer.
Naulë, ¿lo qué?
Oh… cierta canción sobre el amanecer en Aman. ¿No era esa tu voz?
¡Ah! Es altísimamente probable, sí 🙂 Gracias.