El otro día me dio una epifanía, así como quien tiene una alergia o algo. Tras largo tiempo de ver anuncios en la tele de aquí, mi cerebrillo activó un juego de neuronas que se centró en los anuncios de medicamentos (carísimos) que los U.S. of A nos ofrece (no precisamente gratis et amore) para que estemos bien (o tan bien como nos dejen estar, que esa es otra, la manía que tiene la gente aquí de considerarlo todo un grand mal digno de tomos y tomos de autoayuda escritos por comprensivas psicólogas, sobre todo los pobres niños, pero eso es otra historia).
Tomándome ciertas licencias poéticas, el patrón es el siguiente. Pongamos por caso que se cantan las virtudes de un producto llamado, así al azar, «Uñeril»…
El anuncio empieza con un plano medio de una mujer de mediana edad, delgada, inteligente, vestida con ropas informales pero elegantes, que mira fijamente a la cámara con una sonrisa entre triste y reminiscente…
MUJER: Nunca pensé que podría ser un problema…
CORTE a un hombre de mediana edad, con gafas, atlético, vestido con ropas informales pero elegantes, que mira a la cámara con el ceño fruncido y expresión penetrante.
HOMBRE: Le dije a mi mujer, «Ya se irá solo», pero no importa lo que hiciera siempre volvía…
CORTE a un montaje rápido de primeros planos de caras, cuyas etnias y características corporales han sido cuidadosamente equilibradas para no levantar las iras de nadie, que poco a poco se va fundiendo para dejar paso al logo del producto, mientras se oye una voz acariciadora y masculina:
LOCUTOR: Más de diez millones de personas en todo el país sufren en silencio los uñeros. Ahora, por fin, un nuevo producto puede ayudar: UÑERIL. Se ha demostrado que el tratamiento con UÑERIL puede ayudar en la reducción de los uñeros de un 10 a un 15% más que la marca actualmente líder en el mercado. Consulte a su médico sobre UÑERIL, y atrévase de nuevo con los zapatos de puntera estrecha.
CORTE a un montaje de gente feliz corriendo, saltando y bailando, y planos de bellísimos pies descalzos, mientras la misma voz de antes recita, un poco atropelladamente:
LOCUTOR: Los efectos secundarios conocidos varían de leves a severos y pueden incluir dolores de cabeza, mareos, sequedad de boca y mucosas, náuseas, dolores articulares, daños al riñón, y molestias estomacales. En casos aislados se dieron hemorragias internas, colpasos hepáticos, y episodios de cardiomiopatía aguda con posibles efectos cognitivos a largo plazo. No tome UÑERIL si está embarazada, usa drogas, sufre de alguna enfermedad coronaria, SIDA, hepatitis, alergias, reúma, caspa o lupus. Si durante el tratamiento experimenta episodios de desorientación, amnesia, afasia, alucinaciones psicóticas o hipnagógicas, zarzas ardientes, inflamación de las meninges, o dolor muscular, suspenda de inmediato el tratamiento y acuda rápidamente a su médico.
CORTE a un plano del producto con su logo y de nuevo la voz del LOCUTOR, algo falta de aliento, diciendo:
LOCUTOR: UÑERIL: ¡y a correr por el campo!
Que aquellos que comparten país conmigo manifiesten si digo verdad, o miento.
Últimos comentarios