No digo nada porque no sé qué decir. Salvo que es lunes. Así que, para animar la entrada en la semana… [{¡nuevo cuadro! http://www.onid.orst.edu/~torresad/lys.html}]
Y debería avisar, porque tira de espaldas, pero como soy mala…
[/(Daurmith se pierde en las sombras soltando risitas entre dientes)/]
Pst, oiga joven, el enlace al cuadro es, «http://oregonstate.edu/~torresad/Corvallisrojoweb.jpg» y no «http://oregonstate.edu/~torresad/Corvallisrojoweb.html»
De nada, de nada, a mandar.
Curioso, esos árboles tienen las hojas como una vecina mía. Sabía que en los iuesei eran un poco raritos, pero no hasta el extremo de llevar los árboles a la peluquería =:-O
Huys… Gracias sin, arreglao.
Y que me escribas, leñe… daurmith@msn.com, que tengo un recao pa tí.
Me ha parecido precioso el cuadro, especialmente esa sombra de color rosa en el suelo, que proyectan los árboles como un atardecer en llamas. ¿Es Corvallis tan bonito en otoño?
:-O
/me recoge la mandíbula mandibular del suelo del solar
Me gusta muchísimo ese cuadro.
La segunda vez que ví un árbol de ese color, me convencí de que existían. La primera vez había sido en las caricaturas de Disney, por lo que les asigné la misma realidad que Hugo, Paco y Luis. Ahora, por pura flojera, no saqué el pino de navidad de casa a tiempo. Ahora que ha virado a un color mamey pálido, menos me animo a hacerlo. Gracias por el espléndido regalo, y Olé a tu tocaya por tí y por el original.
Llevan las estaciones cambiadas, porque aquí ya casi es primavera. A no ser, claro, que la mancha rosa del suelo sea la sangre de un toro blanco y los dos sujetos del otro cuadro se hayan escondido detrás de los árboles ahogando las risitas con la mano.
Vendell, es que estaba guardando el cuadro astuta y egoístamente, que lo tengo desde hace un tiempo ya, jejejeje.
A los que habéis comentado amablemente lo mucho que os ha gustado el cuadro… La artista se ruboriza y os da las gracias, que he hablado con ella.
Ah, y paseante, esa sombra rosa son hojas caídas. Quedan preciosas.
Sí, pero eso ocurre porque los árboles también se ruborizan cuando los retratan, y para agradecerlo y contribuir un poco a la belleza en general y a la del cuadro en particular, dejan caer unas hojas y continúan posando satisfechos.