Mientras el mundo, es decir, la parte del mundo que no soy yo, se encamina inexorable hacia la navidad, decorando cada casa y cada jardín con todas las variaciones posibles de «veamos-cómo-podemos-usar-lucecitas-de-la-forma-más-hortera-posible», el cielo insiste en luchar contra la tendencia de la gente a pintarlo todo con colores de club de carretera, y lo hace contraatacando con elegantes amaneceres en tonos plomo y latón, y midiendo con cacitos la luz de la mañana. Y el caso es que llevo cosa de una semana desperdiciando oportunidades perfectas para meterme con la vil comercialización de las navidades, y la superficialidad de la gente, y la pérfida gran empresa que nos crea necesidades inexistentes, y demás perlas de sabiduría que reaparecen, cual champiñones tras chaparrón, en estas y otras fechas tan, tan, pero tan señaladas.
Pero ¿sabéis qué? Que no me apetece. Que aunque sea más verdad que pi, otras plumas hay que explican esas cosas mejor que yo y con más razones que yo. Yo voy a dedicarme a comprar regalitos para la gente a la que creo que le harán ilusión, porque me apetece que algo les haga ilusión; voy a leer libros y tebeos de los buenos, de esos que te anclan a las páginas como si fueran velcro; voy a comer el turrón que mis papis me han enviado desde España a guisa de kit de supervivencia, y a invitar a los compañeros del laboratorio para que sepan lo que es bueno y se dejen de comer tanta porquería embutida de canela; voy a ver películas que me gustan, sean o no de temática navideña; y voy a pasear por las calles desiertas de Corvallis, indecisa entre dejarme acariciar por el aire gris terciopelo del invierno, o quemarme las retinas con los colores chillones, saturados y enternecedores, de los escaparates.
Por cierto ¿cómo celebran las navidades por allí? Aparte de Santa Claus, arbolitos, luces de colores y ¡Qué bello es vivir! ¿qué hacen? ¿qué comen? (miedo me da lo de los dulces acanelados).
¡Me gusta mucho tu plan! Creo que yo también lo voy a poner en práctica por aquí, por Valencia. 🙂
Pues que te lo pases muy bien, haciendo lo que tu veas en estas Navidades. Una duda, entre las películas que vas a ver (sean o no de temática navideña) ¿se incluye el ver cinco veces El Señor de los Anillos?
¿Propósito de enmienda? A mi me recuerda mucho a lo que hizo el año pasado… pero vamos, que puedo equivocarme.
Creo que ha habido transmisión de pensamiento, porque no hace mucho, le decía a mi santa aquello de… «ya está bien de que las navidades sean San Corte Inglés; vamos a poner el Belén y a celebrarlo con aturdimiento y no con la nostalgia de siempre». Y ya he empezado. «Tenía» una colección de botellas de vino de la Ribera que están siendo pasadas por las armas…