Sin resaca, pero con solete y casi casi calorcito, ha empezado «el día después». Todas las rosas de chocolate envueltas en papel rojo, las galletas en forma de corazón cubiertas de azúcar rosa, los corazoncitos forrados de falsa piel de leopardo que andan y hacen aspavientos con manitas tipo Mickey Mouse cuando les das cuerda (sé que es horrible, no, no me lo invento), todos los bombones y las tarjetas cardíacas, están ya en las cajas de «Oferta, 30% de descuento», sin perder comba, porque de aquí a dos minutos los estantes se van a llenar de huevos de pascua y conejos. Conejos de Pascua. De golpe y porrazo ya no hay amorrrr flotando en el aire, sino ambiente pre-exámenes.