Aquí en Corvallis no nos privamos de nada y hasta tenemos nuestra propia Casa Blanca. Con un par. Y más inofensiva, todo hay que decirlo, que la otra.
(Debe ser, me dije yo cuando tiré la foto, porque un poco más arriba hay una casa -roja- con un rótulo que decía, predeciblemente, «The Red House», y corrió la envidia. Pero aun así, en Corvallis no nos privamos de nada, conste).