Cal y arenaCon los primeros avisos del otoño vuelven los alumnos, y con ellos, las extrañas iniciativas de la miríada de organizaciones que usan el campus como coto de caza. El americano medio puede ser atraído a las sociedades más peregrinas con el cebo de comida gratis -lo mejor es la pizza-; mientras mastican felices, pueden firmar y hacerse socios de lo que sea: Sociedad de Pescadores de Caña, Grupo para la Conservación de las Colchas de Retales, Cruzada por Cristo en el Campus, Asociación de Jóvenes contra los Pasos de Peatones, Sociedad para el Anacronismo Creativo.
El graffiti de tiza que ven en la foto es el último intento, jugando con los dos amores de la sociedad estadounidense del momento: la comida y el miedo. En esta ocasión quienes lanzaban el cebo eran mis viejos amigos, la Cruzada por Cristo en el Campus (¿qué pasa, creíais que iba de broma?). Helado gratis y kits de supervivencia. Me dejó pensativa, la pintada. Ofrecer a la vez el símbolo de los días brillantes y relajados del verano, y un recordatorio siniestro de las múltiples amenazas, reales o no, que acosan día a día a la gente en este país, no sé si me pareció sintomático, paradójico, o triste. Lamentablemente, para cuando lo vi ya habían desmontado el generoso tenderete, de modo que me quedé sin helado y sin kit de supervivencia.
Pero no puedo dejar de pensar en el mensaje ambiguo y siniestro de la tiza; y el caso es que quizá no sea nada. Quizá el «survival kit» no haga referencia a un placebo que te haga creer que tienes posibilidades de sobrevivir a alguna catástrofe, sino que sea una broma respecto al inicio de curso, y consista en una bolsita de plástico con un mapa del campus, un directorio de restaurantes, una Biblia y un paquete de caramelos. Podría ser. Probablemente lo sea. Pero sin tener más datos, la imagen que se me ha quedado en la cabeza es la de cientos de alumnos haciendo frente al fin del mundo mientras lamen ricos cucuruchos de helado de vainilla.