Habrá alguien por ahí, quizá (hola, mami), que se habrá estado preguntando, entre tapa y tapa o entre bostezo y bostezo, qué he estado haciendo últimamente. ¡Pues muchas cosas, la verdad! Casi todas ellas apartadas del mundo virtual, qué cosas. No por nada, es sólo que la cosa ha venido así. Ha sido un mes movidito, con varios viajes, unos más lejos, otros más cerca, unos más largos, otros más cortos (qué plétora de detalles, ¿eh?), y ahora estoy reencontrándome, con matices, con El Mundo Tal Como Lo Conocemos. Con matices porque hay ciertos cambios en mis equipillos tecnológicos. Ya os daré la vara con más detalles, o no, según os vea de aburridos. Lo que importa es que tengo muuuchas fotos nuevas que organizar y editar, muuuuchos juguetitos nuevos con los que jugar, y un otoño algo casquivano en el que hacerlo. De modo que todo es bueno. Hasta mi gato Gandalf (el Gris) mira la calle con ojos redondos de interés, fascinado por las continuas lloviznas de por aquí, y explora divertido los montones de ropa por planchar, que se están quedando sin planchar por culpa de los juguetitos antes mencionados. Con lo cual habréis deducido, sin errar, que ninguno de mis nuevos juguetitos es un centro de planchado.

He descubierto hace poco, además, la existencia de los álbumes web de Picasa (sí, soy lenta, lo sé, y qué, así iré mejor de tensión arterial), con lo cual mis juguetitos se pueden lucir un poco. De momento, más bien muy poco. Pero iré aprendiendo, que para eso se inventó el tiempo. Y los tutoriales. De modo que cuidado, porque ahí voy.