Hoy me he ido a casa a comer. Iba conduciendo por Valencia, disfrutando de un día limpio y recien planchado, de otoño incipiente, en el que todos los colores parecían saturados y el sol era brillante pero no cegaba.
Detrás de mí había un coche de gama alta, de esos serios y fardones. El conductor respondía a absolutamente todos los tópicos: joven, trajeado hasta el insulto, pelo negro bien untado de gomina, bronceado de crucero privado por las Bahamas. No llevaba el auricular bluetooth pegado a la oreja pero tenía pinta de estar recibiendo cotizaciones de bolsa por telepatía. El tipo de arquetipo que despierta, y más en los tiempos que corren, antipatía instintiva.
Y estaba yo dedicada a alimentar esa antipatía, mirando por el retrovisor mientras esperábamos a que se abriera el semáforo, cuando el objeto de mi desdén ha tomado del asiento del copiloto la última miga de un pastelito, se la ha zampado de un bocado y ha empezado a lamerse los dedos cuidadosamente, meticulosamente, uno a uno, con una sonrisa de oreja a oreja, contento como un colegial y disfrutando del momento con tanta alegría y abandono como un gatito.
El semáforo se ha puesto en verde, reanudando el tráfico y ahogando el estrépito de mis preconcepciones al caer al suelo hechas trizas. Y yo he seguido camino a casa un poco más contenta que antes y con unas ganas tremendas de comerme un pastelito.
La sonrisa seguramente fuera porque se lo habría quitado a un niño chico.
Hmmmm…. Conozco a uno que responde a tu retrato robot. El coche es de segunda mano, el broncesado es de jugar al padel (que no deja de ser un vicio barato) y el trajeado va incluido en el puesto de trabajo y es lo que hay, salvo cuando o está de servicio y va de paisano.
El chuparse los dedos siempre le gustó para gran disgusto de su madre, pero ahora que es un padre responsable y no lo hace en la mesa para no dar mal ejemplo, no me extrañaría que lo hiciera en el coche.
Lo único que no cuadra es la gomina y que es de Madriz.
🙂 🙂 🙂
(sonrisas que me han quedado después de esta pausa kitkat antes de volver al trabajo, mucho mejor leer blogs y post como este que mirar tuiter o alguna noticia, sin lugar a dudas)
Seguro que hay más de uno, todo son arquetipos XD ¡Me alegro de que te haya gustado la entradita!
He tenido un par de trabajos en que estaba obligado a ir trajeado y encorbatado a diario. Supongo que causaba la misma impresión y también el mismo contraste cuando salía de los ultramarinos devorando el bocata de chorizo y empinando la lata de coca-cola, o simplemente hablaba 🙂
A mí lo de que os hagan llevar traje me parece, en fin… No óptimo. Sobre todo en verano. Ganas de sufrir…
A mí lo de que os hagan llevar traje me parece, en fin… No óptimo. Sobre todo en verano. Ganas de sufrir…
Pues no estoy seguro si es sadismo o ignorancia. Probablemente una mezcla de las dos cosas: la ignorancia lleva al miedo, el miedo lleva al odio, Eladio lleva corbata. Algo así era.