Comentaba antes que han vuelto los alumnos. La mayoría ya son veteranos, agudos conocedores de todos los recursos del campus, pero siempre hay algunos nuevecitos y sin estrenar que se incorporan ahora a la vida académica. Se les nota porque llevan mochilas pequeñas.
La cosa de la mochila tiene bemoles. Tómese una mochila de estudiante veterano al azar, en este bendito campus. Teniendo en cuenta las idiosincrasias climáticas (y de otros tipos) de Oregon, el equipo mínimo necesario es:

Impermeable de GoreTex (por lo de molar mucho)
Taza-termo de café (capacidad medio litro, tapa de rosca, exterior metalizado en color de moda)
Zapatillas de escalar (para el rocódromo)
Zapatos de bolos (para la bolera)
Ropa deportiva (para el rocódromo y la bolera)
Mudita (para después del rocódromo y la bolera)
Par extra de calcetines (los que llevas siempre se acaban mojando)
Libreta de notas molona con miles de bolsillitos en cubierta, contracubierta, lomo, y a veces, hasta en las páginas
Bolis de tinta-gel en colores metalizados
Llavero (peso estimado, 8 Kg)
Paraguas plegable
Linterna (Corvallis no cree en el alumbrado público y a las 5 es de noche)
Teléfono móvil (no disimules, seguro que tú tienes uno en alguna parte)
Walkman/discman/minidisc/adminículo hi-tech para escuchar música
Colección de CDs/cassettes/ minidiscs para el adminículo hi-tech
Cascos ergonómicoflotantes en acabado (cómo no) metalizado, para el mencionado adminículo hi-tech
Gorro. O sombrero. O calcetín viejo. Lo que sea, pero esa cabeza, tapadita
Agenda electrónica
Baterías de repuesto (multiuso)
Un libro (no tengo pruebas de esto, pero debe haber alguno en alguna parte de la mochila)

La mochila elegida no pertenece a uno de los muchos alumnos que aquí se dedican a menesteres étnico-exóticos, porque entonces ya me fallan las palabras. Raro, lo sé… pero no imposible.